lunes, 7 de julio de 2008

I've got the power!

La Web 2.0 nos da, como nunca antes en la historia habíamos tenido, un insuperable poder de difusión y comunicación de masas. Basta con saber hacer las cosas de la manera correcta y por los medios precisos para lograr que nuestras ideas salgan a tomar adeptos a través del ciberespacio.
Para hablar de los beneficios y las responsabilidades que la Web 2.0 nos trae como usuarios, es necesario primero definirla. Para Javier Rosende, empresario de las cibercomunicaciones, la Web 2.0 se refiere a una nueva generación de webs basadas en la creación de contenidos producidos y compartidos por los propios usuarios del portal. Vale decir, en las páginas catalogadas como “web 2.0” el contenido es producido, compartido y recibido por el usuario. Por y para el pueblo. Ejemplos hay de sobra: Youtube, Flickr, LastFM, Wikipedia. En los sitios mencionados el contenido es proporcionado por usuarios para otros usuarios, creándose una retroalimentación muy rica, una relación de cooperación. Ya no es necesario que una fuente “oficial” nos proporcione contenidos para poder acceder a ellos. Si queremos un video, vamos y los vemos a través de Youtube. Con la inmediatez de las informaciones es seguro que lo que queremos esté siempre ahí y por sobre todo, rápido. Podemos obtener material audiovisual, informaciones, definiciones, causas a las que queramos unirnos y apoyar. ¡De todo!
No obstante a la facilidad con la que se pueden publicar diferentes elementos en el ciberespacio, opino que todo lo publicado no puede estar exento de responsabilidades. Es así como una persona no puede escudarse tras una pantalla para publicar informaciones que denigren a otras personas o falsedades que vayan en desmedro del fin de esta web cooperativa, que es el de ayudar con material útil y veraz. Por ejemplo, todos los padrones éticos que se aplican para el periodismo que se hace a través de los periódicos o de la televisión deben ser aplicados para el que se hace a través de Internet. Esto es solo un ejemplo, ya que personas que no sean periodistas y que tampoco quieran serlo, pero que sí suban sus videos o sus fotografías a Internet deben responder por cada una de las cosas que hacen. No se trata, bajo ninguna circustancia, de coartar la libertad, sino solo de regular el uso correcto, con el único fin de que Internet sea catalogado como un medio de comunicación tan válido como son caracterizados los diarios, las revistas o la tv. Todos aquellos que nos decidimos a publicar por Internet debemos estar tan dispuestos a responder por nuestros dichos como alguien que publique en el periódico con mayor tiraje del país.


Un poco de material teórico en: http://www.microsoft.com/spain/empresas/internet/web_2.mspx

domingo, 6 de julio de 2008

Internet para todos

Innumerables son las ventajas que el Internet produce en nuestras vidas: mayor conectividad, redes de comunicación, muchísima información, mayor facilidad y rapidez en trámites y en fin, una larga lista de etcéteras. Sin embargo, todos estos beneficios son sólo para aquellos que pueden acceder a Internet. Y muchos de los que no acceden a la red no es por cosa de gusto sino por oportunidades.
Dejemos de lado de esta discusión, entonces, a todos aquellos que teniendo las posibilidades para hacerlo no acceden a Internet, esa es una decisión personal a la que nadie puede criticar, por más que estemos en desacuerdo, es una decisión propia que puede estar basada en una gran cantidad de argumentos válidos. A los que yo me quiero referir, es a todas las personas que les gustaría tener un acceso a la red mucho más expedito y fácil pero que no pueden, por sus condiciones económicas.
Por un lado, el gobierno debe tener un fuerte rol en la integración de todas las capas de la sociedad a Internet. Ya sea mediante subsidios o mediante implementación de planes escolares el gobierno debe estar en sintonía con las necesidades de la población en todos los ámbitos. Si presta atención a las necesidades en salud, educación o vivienda, ¿por qué no en telecomunicaciones? Estas son un factor de gran importancia a la hora de crear una sociedad más educada y con mayores niveles de conocimiento, que es algo que todo gobierno debería querer lograr.
Este es solo un ejemplo de cómo actúa la brecha digital dentro de una sociedad. Ojalá pudiésemos llegar a un punto en el que todos tengamos las mismas oportunidades para acceder a los beneficios que el Internet nos entrega. Sería esto una muestra más de igualdad social y de desarrollo.

sábado, 5 de julio de 2008

El periodismo participativo: ¿Una amenaza para el tradicional?

Antes de que aparecieran las escuelas de periodismo, el debate sobre esta profesión estaba construido sobre la pregunta: ¿un periodista se hace o nace? Los más tradicionalistas pensaban que era un tremendo error formar periodistas en una universidad, que su capacidad nacía con ellos y que no podía ser transmitida. Otros, en cambio, pensaban que para ser un buen periodista era necesario pasar por una escuela que “afinara la pluma”, ensañara a exponer con mayor propiedad y que, en fin, ayudara a construir un estilo para escribir e investigar y un amplio bagaje de conocimientos.
A 100 años de la creación de la primera escuela de periodismo en Columbia (Missouri), parece renacer la pregunta sobre el origen del buen periodismo. Lo que se discute ahora no es la aparición de escuelas sino un nuevo fenómeno conocido como periodismo participativo o periodismo ciudadano. Este es definido en el libro Nosotros, el medio como: el acto de un ciudadano o grupo de ciudadanos que juegan un papel activo en el proceso de colectar, reportar, analizar y diseminar información. Este, por lo tanto, traspasa gran cantidad de las labores que ejercen los periodistas a ciudadanos comunes y corrientes cuya única intención es la de publicar las noticias que muchas veces no se publican en los medios tradicionales.


Bajo mi punto de vista, el nacimiento de este se puede deber –entre otras cosas− al último punto planteado. Los ciudadanos, al ver que las cosas que les ocurren a ellos o de las que ellos son testigos no aparecen en los medios de comunicación toman la publicación por sus propias manos y muestran a través de sus medios lo que a ellos les parece es necesario que la opinión pública conozca. Si bien hay que ser inteligente a la hora de discriminar la información importante y cierta de la “basura”, no creo que esto sea en lo absoluto una amenaza para el periodismo que se hace en los diarios o en la televisión, sino, más bien, un complemento. Pongo como ejemplo el caso de algún accidente de tránsito en el que testigos pueden entregar videos que ayuden a la prensa tradicional a explicar mejor lo ocurrido a una audiencia mucho mayor que la algún “periodista ciudadano” pueda aspirar. Si bien, es tarea de los periodistas explicar las informaciones, contextualizarlas, seguirlas y desarrollarlas el periodismo ciudadano puede ser una ayuda permanente a los medios de comunicación. Basta saber ocupar esta herramienta que las tecnologías entregan y no resistirse a ella. No pensar en ella como una competencia sino como un aliado del cual se pueden obtener un montón de ventajas a la hora de “sacar a relucir la verdad” que es lo que nos enseñan a los aspirantes a periodista que es lo que nuestros futuros colegas deben hacer.

Si quieres enterarte de qué se hace con esta tendencia en Chile, visita: http://periodismo-ciudadano.cl/