sábado, 5 de julio de 2008

El periodismo participativo: ¿Una amenaza para el tradicional?

Antes de que aparecieran las escuelas de periodismo, el debate sobre esta profesión estaba construido sobre la pregunta: ¿un periodista se hace o nace? Los más tradicionalistas pensaban que era un tremendo error formar periodistas en una universidad, que su capacidad nacía con ellos y que no podía ser transmitida. Otros, en cambio, pensaban que para ser un buen periodista era necesario pasar por una escuela que “afinara la pluma”, ensañara a exponer con mayor propiedad y que, en fin, ayudara a construir un estilo para escribir e investigar y un amplio bagaje de conocimientos.
A 100 años de la creación de la primera escuela de periodismo en Columbia (Missouri), parece renacer la pregunta sobre el origen del buen periodismo. Lo que se discute ahora no es la aparición de escuelas sino un nuevo fenómeno conocido como periodismo participativo o periodismo ciudadano. Este es definido en el libro Nosotros, el medio como: el acto de un ciudadano o grupo de ciudadanos que juegan un papel activo en el proceso de colectar, reportar, analizar y diseminar información. Este, por lo tanto, traspasa gran cantidad de las labores que ejercen los periodistas a ciudadanos comunes y corrientes cuya única intención es la de publicar las noticias que muchas veces no se publican en los medios tradicionales.


Bajo mi punto de vista, el nacimiento de este se puede deber –entre otras cosas− al último punto planteado. Los ciudadanos, al ver que las cosas que les ocurren a ellos o de las que ellos son testigos no aparecen en los medios de comunicación toman la publicación por sus propias manos y muestran a través de sus medios lo que a ellos les parece es necesario que la opinión pública conozca. Si bien hay que ser inteligente a la hora de discriminar la información importante y cierta de la “basura”, no creo que esto sea en lo absoluto una amenaza para el periodismo que se hace en los diarios o en la televisión, sino, más bien, un complemento. Pongo como ejemplo el caso de algún accidente de tránsito en el que testigos pueden entregar videos que ayuden a la prensa tradicional a explicar mejor lo ocurrido a una audiencia mucho mayor que la algún “periodista ciudadano” pueda aspirar. Si bien, es tarea de los periodistas explicar las informaciones, contextualizarlas, seguirlas y desarrollarlas el periodismo ciudadano puede ser una ayuda permanente a los medios de comunicación. Basta saber ocupar esta herramienta que las tecnologías entregan y no resistirse a ella. No pensar en ella como una competencia sino como un aliado del cual se pueden obtener un montón de ventajas a la hora de “sacar a relucir la verdad” que es lo que nos enseñan a los aspirantes a periodista que es lo que nuestros futuros colegas deben hacer.

Si quieres enterarte de qué se hace con esta tendencia en Chile, visita: http://periodismo-ciudadano.cl/

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ignacio,
Comparto lo escrito: no hay amenaza, sino que complemento. LA información del ciudadano debe ser jerarquizada, investigada, desarrollada y con eso ya hay bastante trabajo para el periodista.
El medio entrega su gran capital, la audiencia y los ciudadanos ponen lo suyo, estra cerca de lo que pasa.
El asunto es como hacerlos participar realmente. Las herramientas no son suficientes. De miles de lectores, los que participan no son más que un par de decenas. La disyuntiva de los medios es invertir para que los ciudadanos participen, sin que se transformen en cientos de "periodistas que se hacen" mal pagados.

Saludos
Miguel Angel

Mauro Esteban dijo...

Por su puesto que tiene que ser un complemento, además que trabajan en planos distintos que no pueden ser comparados por igual, por que la diferencia va a ser siempre entre el experto y el aficionado. Lo que yo pienso es que hay que aprovechar los medios participativos y la información que entregan con la información necesaria para filtrar lo que nos sirve, y lo que no :). Ciertamente todos tenemos libertad de decir lo que queramos.